domingo, 10 de noviembre de 2019

Viqui, más o menos

Tengo la mirada confusa y confuso el pensamiento, la derrota por rutina y la costumbre de perder por costumbre.
Niego ser lo que tengo, quisiera tener saber y saber qué soy.
A veces no soy y soy hueco, a veces soy arista y a veces cobijo cóncavo.
Escrita soy espejo desvergonzado de mi misma, reflejo incondicional de los que me leen.
Oral soy interprete entregada de juicios ajenos, proclive a agradar, incoherente, provisional, holgazana sentada en sofá de piedra. 
Soy espalda y soy cogote, hija y madre, nieta de otro tiempo.
Mano diestra incompetente, propensa a la cerveza, tendente a la buena mesa, inclinada a la buena cama, dada a cosas de poco provecho: leo y escribo, leo y escribo, leo y escribo…
Soy lesbiana y torpe y feminista.
Eterna aficionada a poeta aficionada.
Proclive a entregar la vida a juegos de palabras y proclive a entregar la vida al amor.
Borrega de periferia, mi casa está en una urbanización americana a doce kilómetros de la ciudad. 

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