HOY
ME HE SACADO LA ESPINA
Estaba
ya más que harta de la situación. Lo tenía muy claro, de hoy no pasaba sin plantear
un cambio de orientación en nuestro matrimonio. Era demasiado tiempo el qué
llevábamos discutiendo por las mismas cosas, tratando de sacar petróleo de
donde no había y siendo yo siempre la que trataba de salvar los muebles. Bueno,
aparte de los muebles, la hipoteca, las deudas de juego y su resaca etílica del
fin de semana. Así que ya metida en el charco, he decidido ser yo quién sentencie
el partido una vez por todas y dejemos de jugar a medio gas, que ha sido
siempre nuestro esparcimiento, hablando metafóricamente, claro, porque de juego
y esparcimiento, nada. Él siempre con la misma cantinela, la de tener escusa para cualquier
situación, lo de resolverlo todo con un tú no te preocupes, pero sin resolver,
nada y yo, apretando los dientes para intentar no sacar mis labores defensivas y mandarlo todo
al carajo. Las otras labores, las concernientes solo a mí por ser mujer, necesarias
en todas las familias por quienes tratan
de sobrevivir dentro de una normalidad, esas, sin tener el mínimo aprecio ni reconocimiento
por su parte. Al contrario, dejando por donde pasa malentendidos, mentiras, y
aparentando que marchaba estupendamente entre nosotros, pero estando siempre con
el gatillo y la caña preparada, para utilizarlos solo al llegar a casa, por
supuesto. Estoy hasta el pirri de su empanada mental y de pasarlas canutas a su lado, así que hoy le
he dejado una nota para que la viese nada más llegar a casa, en la que he
escrito:
Mira
cariño, se ha terminado el primer acto de este vodevil, tragedia, o sainete, llámalo como quieras, pero yo apelando al
deporte que tanto te gusta, te digo que he sentenciado el partido en el día de
hoy, 20 de noviembre de 2019, y qué ha partir de ahora, se va a producir un
profundo e intenso cambio de orientación en mi vida. Si no pagas la hipoteca,
te desahuciarán, si no te haces la comida
y la cena tendrás que bajar al bar, si no te lavas y planchas las camisas,
deberás llevarlas al menos una vez a la semana a la tintorería y si no aprendes
a poner la lavadora, ni el lavavajillas, ni encuentras el aspirador… arréglatelas
como puedas.
Creo
que tengo la victoria muy trabajada y me merezco un descanso. No te preocupes,
saldré adelante. Soy muy válida, ya lo sabes
Hasta
nunca. Tu ex Pepita.
(¡no sé que he tocado para cambiar los márgenes!!!)
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